La emoción por el regreso de la Champions League se ve empañada por la controversia generada por los precios de las entradas para el partido entre el Real Madrid y el Arsenal. Con tarifas que alcanzan hasta 450 euros en la tribuna lateral, muchos aficionados se sienten frustrados y cuestionan la política de precios del club.
El club blanco ha establecido precios que superan los de partidos anteriores, como los enfrentamientos contra el Manchester City y el Atlético de Madrid, lo que ha llevado a un debate sobre la accesibilidad de los partidos de élite. "Nunca pensé que ver a mi equipo en el Bernabéu costaría tanto", comentó un aficionado que ha asistido a varios partidos a lo largo de los años.
La UEFA ha implementado un sistema que permite a los aficionados visitantes, en este caso los del Arsenal, acceder a entradas a un precio más asequible de 60 euros, lo que ha generado aún más malestar entre los seguidores locales. Esta medida ha sido vista como una forma de fomentar la inclusión, pero también ha dejado a muchos madridistas sintiéndose desatendidos.
Florentino Pérez, presidente del club, ha hablado sobre la crisis que enfrenta el fútbol, señalando que los ingresos por derechos audiovisuales no han crecido como se esperaba. "Nuestra Liga tampoco atraviesa un gran momento", afirmó, lo que explica en parte la necesidad de ajustar los precios.
Mientras tanto, el equipo se prepara para un mes lleno de desafíos, con la esperanza de que el rendimiento en el campo compense la frustración de los aficionados en las gradas. Con el regreso de Bukayo Saka al Arsenal, el encuentro promete ser una batalla intensa en la que ambos equipos buscarán avanzar en la competición.