El Santiago Bernabéu fue testigo de una tarde aciaga para el Real Madrid, que se vio superado por un Valencia que, sin brillar, logró llevarse los tres puntos en un encuentro marcado por decisiones arbitrales y un rendimiento decepcionante del equipo local. El árbitro Guillermo Cuadra Fernández tuvo una actuación discreta, aunque no exenta de polémica, especialmente tras un incidente con un miembro del cuerpo técnico valencianista.
Durante el partido, Cuadra Fernández mostró personalidad al señalar un penalti a favor del Madrid tras una falta de Tárrega sobre Mbappé. A pesar de la revisión del VAR, el colegiado mantuvo su decisión, lo que generó alivio entre los aficionados merengues. Sin embargo, la alegría fue efímera, ya que poco después anuló un gol del Madrid por un fuera de juego posicional de Mbappé, una decisión que, aunque correcta, dejó un sabor amargo en la afición.
El encuentro estuvo marcado por varias acciones polémicas en el área del Valencia. Los jugadores del Madrid pidieron penalti en un par de ocasiones: un leve empujón sobre Mbappé y una posible mano en un remate de Endrick. No obstante, el árbitro consideró que ninguna de estas jugadas era lo suficientemente clara como para sancionarlas.
En cuanto a las tarjetas, el Madrid se fue sin ninguna amarilla, pero su entrenador, Carlo Ancelotti, recibió una amonestación que le impedirá dirigir desde el banquillo en el próximo partido contra la SD Alavés. Por su parte, Cuadra mostró tarjetas amarillas a César Tárrega y Sadiq, dejando claro que no dudó en sancionar las infracciones.
Una autocrítica necesaria
Desde el club blanco, la sensación es que hay que mirar más allá de las decisiones arbitrales. La autocrítica se hace imprescindible, ya que el juego del equipo no ha estado a la altura de lo esperado, especialmente con la eliminatoria de Champions ante el Arsenal a la vista. La situación en La Liga se complica y las opciones de revalidar el título se ven reducidas tras esta derrota.
El Valencia, aunque no brilló, supo aprovechar sus oportunidades y se llevó un triunfo que, a la vista del rendimiento del Madrid, es preocupante. La afición merengue espera una reacción contundente en los próximos encuentros, especialmente en la Champions, donde el equipo ha demostrado ser capaz de levantarse en situaciones adversas.
Sin embargo, el verdadero escándalo se desató fuera del campo. Cuadra Fernández reveló en el acta del partido un incidente con un analista del Valencia, quien, tras el encuentro, se dirigió a él de manera desafiante, lo que obligó a la intervención del delegado de la RFEF para calmar los ánimos. Este tipo de comportamientos no hacen más que ensuciar la imagen del fútbol y desviar la atención de lo verdaderamente importante: el juego.
El Madrid se prepara ahora para su próximo compromiso en el Emirates, donde espera cambiar la dinámica y demostrar que puede competir al más alto nivel, dejando atrás la sombra de esta derrota y el escándalo que la rodea.