El FC Barcelona ha dejado claro que su ambición en la Champions League sigue intacta tras un espectacular 4-0 ante su rival en cuartos de final. Los aficionados, que abarrotaron el Olímpico de Montjuïc, salieron eufóricos, conscientes de que el pase a semifinales está a un paso. La cita decisiva se llevará a cabo el próximo martes en Dortmund, donde el equipo buscará certificar su clasificación.
Joan Laporta, presidente del club, no pudo contener su felicidad tras el partido. Al salir del estadio, se le vio sonriente y tocando la bocina de su coche, un gesto que refleja la satisfacción que siente por el rendimiento del equipo. "¡Bien!", exclamó, dejando claro que la victoria le ha devuelto la ilusión en un momento en que la situación institucional del club es complicada.
La temporada ha sido un verdadero desafío para Laporta, quien ha tenido que lidiar con temas como la inscripción de Olmo y Pau Víctor, el fair play financiero y el retraso en las obras del Spotify Camp Nou. Sin embargo, en el terreno de juego, el equipo dirigido por Hansi Flick está demostrando que su apuesta por un nuevo estilo de juego está dando frutos. La victoria contundente ante el rival alemán es un claro ejemplo de ello.
Rafa Yuste, vicepresidente del Barcelona, también se mostró optimista antes del encuentro de vuelta. En declaraciones a la prensa, aseguró:
"Estoy contento porque estamos en cuartos. Este es el primer partido de los 180 minutos. Estoy satisfecho por cómo está yendo el equipo y porque tenemos la moral muy alta para hacerlo lo mejor posible e intentar llegar a semifinales".
Yuste no se detuvo ahí, también expresó su deseo de que el equipo repita una actuación similar a la del Arsenal en su reciente partido. "Me gustaría ganar y ganar bien. Será difícil, porque jugamos ante un gran rival, pero hay muchas ganas", afirmó, dejando claro que el equipo está preparado para el desafío que se avecina.
La afición, que ha estado al lado del equipo en los momentos difíciles, ahora sueña con un posible triplete. "Estamos en las tres competiciones, ¿por qué no?", se preguntó Yuste, dejando entrever que el optimismo está presente en el vestuario. Sin embargo, el mensaje es claro: soñar es bueno, pero siempre con los pies en el suelo.
Con el ambiente cargado de ilusión y la moral por las nubes, el Barcelona se prepara para un duelo crucial en Dortmund. La afición espera que el equipo mantenga el nivel mostrado en casa y que la historia reciente de la Champions vuelva a sonreírles.