El FC Barcelona se enfrentó a un reto mayor del esperado en su camino hacia las semifinales de la Champions League. Tras una victoria contundente contra el Borussia Dortmund en el partido de ida, los culés llegaban al encuentro de vuelta con la confianza por las nubes. Sin embargo, el resultado final de 3-0 a favor de los alemanes ha dejado a los aficionados con un sabor amargo y muchas dudas sobre el rendimiento del equipo.
Desde el inicio del partido, el Barcelona mostró una falta de concentración alarmante. En los primeros minutos, el equipo alemán se mostró más incisivo, y pronto llegó el primer golpe: un penalti cometido por Szczesny que Guirassy convirtió en gol a los 9 minutos. A partir de ahí, el conjunto local se vio obligado a reaccionar, pero la respuesta fue más bien tibia.
El tridente ofensivo formado por Raphinha, Lewandowski y Lamine Yamal fue prácticamente inexistente, incapaz de generar peligro y de crear ocasiones claras. La primera parte terminó con una nota de 6 para el equipo, un reflejo de la falta de intensidad y precisión en el juego.
En la segunda mitad, el panorama no mejoró. A pesar de una gran parada de Szczesny al inicio, el Borussia Dortmund volvió a marcar, esta vez en el minuto 49, y selló su victoria con un tercer gol en el 76'. La defensa culé, que había mostrado solidez en encuentros anteriores, se desmoronó ante el vendaval ofensivo del rival, dejando a los aficionados con la sensación de que el equipo necesita urgentemente una revisión táctica.
El entrenador Hansi Flick no pudo ocultar su decepción tras el partido, aunque se mostró satisfecho por la clasificación. "No hemos tenido nuestro mejor día, pero lo importante es que hemos logrado el objetivo de llegar a semifinales", declaró. Sin embargo, sus palabras no ocultan la realidad de un equipo que, a pesar de su éxito en la competición, ha dejado claro que debe mejorar si quiere aspirar a la gloria europea.
La ausencia de Iñigo Martínez, quien fue reservado para evitar una tarjeta amarilla, también se sintió en la zaga, que no logró contener los embates del Dortmund. La actuación de los defensores fue criticada, y algunos jugadores, como Gerard Martín, no lograron cumplir con las expectativas en un partido que exigía lo mejor de cada uno.
El camino hacia la semifinal está asegurado, pero el Barcelona deberá reflexionar sobre su rendimiento si quiere tener opciones de éxito en la siguiente ronda. La afición espera que el equipo reaccione y vuelva a mostrar la calidad que se le presupone. La Champions es un torneo donde no hay lugar para errores, y el tiempo apremia.