El FC Barcelona se presentó en el estadio ante el Celta de Vigo con la presión de revertir una racha de resultados negativos que había generado dudas en la afición. Tras una dolorosa derrota en Dortmund y un triunfo poco convincente en Butarque, el equipo dirigido por Julian Flick necesitaba urgentemente un triunfo que restaurara la confianza en sus jugadores.
El encuentro comenzó de la peor manera posible para los culés. Un error garrafal del portero Szczesny permitió a Borja Iglesias abrir el marcador, y la situación se complicó aún más cuando el Celta se adelantó 3-1 en el minuto 62. Sin embargo, el espíritu de lucha del Barcelona salió a relucir en un momento crítico. Con cambios estratégicos, Flick introdujo a Olmo y Lamine Yamal, lo que resultó en un cambio radical en el juego.
El equipo no solo logró igualar el marcador, sino que culminó la remontada con un penalti convertido en el tiempo de descuento, desatando la euforia en las gradas. Este partido evidenció la dualidad del Barcelona: un equipo que puede regalar puntos, pero que también tiene la capacidad de levantarse en los momentos más difíciles.
En redes sociales, el Barcelona no tardó en lanzar un mensaje provocador tras la victoria, haciendo alusión a la remontada del Real Madrid en la Champions League, que no se concretó. "¡Doncs sí que era setmana de remuntada!" (¡Pues sí que era semana de remontada!) fue el mensaje que encendió los ánimos entre los aficionados, especialmente los madridistas, que consideraron la publicación como una falta de respeto.
El ambiente se calienta aún más con la inminente final de la Copa del Rey entre ambos equipos, que se disputará el próximo sábado. La rivalidad se intensifica y los aficionados ya cuentan los días para un enfrentamiento que promete ser electrizante.
Por otro lado, Ferran Torres volvió a demostrar su valía al marcar su décimo gol en LaLiga, consolidándose como un suplente de lujo que siempre cumple cuando se le necesita. Su entrada al campo fue clave para cambiar la dinámica del partido, y su conexión con Raphinha fue fundamental para la remontada.
Sin embargo, la actuación de Szczesny dejó un sabor agridulce. A pesar de su error inicial, el portero polaco se redimió con intervenciones cruciales que evitaron que el Celta ampliara su ventaja. Este tipo de altibajos son los que han caracterizado al Barcelona en esta temporada, y la afición espera que el equipo encuentre la consistencia necesaria para luchar por el título.
Con la presión ahora sobre el Real Madrid, que deberá responder a la provocación del Barcelona, la lucha por el campeonato se calienta. La próxima semana será decisiva, y los culés han demostrado que, a pesar de las adversidades, siempre pueden resurgir.