La eliminación del Real Madrid en los cuartos de final de la Champions League a manos del Arsenal ha generado un clima de desánimo en Valdebebas. La derrota por 1-2 en el Santiago Bernabéu no solo ha puesto fin a las esperanzas de una remontada, sino que también ha dejado al equipo en una situación delicada, con la afición cuestionando la actitud y el compromiso de los jugadores.
Los madridistas, que llegaron al encuentro con la ilusión de revertir el resultado adverso, se encontraron con un Arsenal superior que no mostró signos de debilidad. La impotencia del equipo blanco fue evidente, y la afición, que había preparado un ambiente de apoyo, se sintió traicionada por la falta de garra en el campo.
El entrenador Carlo Ancelotti se enfrenta ahora a un juicio público, y su futuro en el club podría estar en peligro si no logra revertir la situación en la Liga. Este domingo, el Real Madrid se medirá al Athletic Club, un rival que llega en un gran momento y que podría complicar aún más las cosas para los merengues.
La presión sobre Ancelotti aumenta, y aunque él ha expresado su agradecimiento a los jugadores, la realidad es que el vestuario es consciente de que deben dar un paso al frente. La afición espera una reacción contundente, y el Bernabéu podría convertirse en un escenario hostil si los resultados no mejoran.
Con la sombra de una posible revolución en la plantilla asomando, el club podría verse obligado a tomar decisiones drásticas si no se logran los objetivos. La derrota ante el Arsenal ha sido un golpe duro, y el tiempo corre en contra de Ancelotti y sus hombres.