El Real Madrid se enfrentó a una prueba de fuego en el Santiago Bernabéu este miércoles, donde necesitaba urgentemente una victoria para evitar que el FC Barcelona celebrara el alirón. En un partido lleno de tensión y emoción, el equipo blanco logró salir a flote gracias a un gol de Jacobo Ramón en el minuto 95, que desató la euforia entre los aficionados.
Desde el inicio, los merengues mostraron su determinación. A los dos minutos, Endrick estuvo a punto de abrir el marcador, pero el portero del Mallorca, Leo Román, realizó una intervención espectacular que presagiaba la dura batalla que tendría por delante el equipo local. Sin embargo, el Mallorca no se quedó atrás y, tras un primer susto, logró frenar el ímpetu blanco, culminando en un potente disparo de Valjent que sorprendió a Courtois.
El empate a cero se mantuvo durante once minutos, pero el Madrid no se rindió. Con cada ataque, la presión aumentaba y, aunque el guardameta visitante continuaba haciendo paradas impresionantes, el equipo de Carlo Ancelotti no perdió la fe. La segunda parte trajo consigo el ansiado gol del empate, cuando Mbappé se coló entre los defensas y disparó al primer palo, desatando la locura en las gradas.
La afición merengue comenzó a soñar con la remontada, pero un error de Jacobo Ramón hizo que el corazón de los seguidores latiera con fuerza, ya que Morey no pudo superar a un Courtois en estado de gracia en un mano a mano. Sin embargo, el espíritu de lucha del Madrid se hizo evidente cuando Güler y Mbappé se unieron para llevar al equipo hacia adelante, a pesar de los esfuerzos defensivos del Mallorca.
Finalmente, en una jugada de pura desesperación, el Real Madrid logró el gol de la victoria. En el último segundo, un centro de Fran García fue prolongado por Vallejo, y Jacobo Ramón apareció en el momento justo para sellar el destino del partido. Este tanto no solo significó tres puntos vitales, sino que también obligó al eterno rival a ganar en su próximo encuentro para asegurar el título.
Con esta victoria, el Real Madrid demuestra que, a pesar de las adversidades y las numerosas bajas, el equipo sigue luchando con el corazón y la determinación que lo caracteriza. La cantera vuelve a brillar, y el mensaje es claro: el Madrid nunca se rinde.