Luka Modrić ha vivido una jornada inolvidable en el Santiago Bernabéu, donde disputó su último partido como jugador del Real Madrid. La atmósfera en el estadio era palpable, con miles de aficionados rindiendo homenaje a uno de los más grandes ídolos de la historia del club. Tras el encuentro, el croata se mostró profundamente emocionado y agradecido por el cariño recibido a lo largo de sus casi trece años en la entidad blanca.
En declaraciones a Realmadrid TV, Modrić expresó: “No hay palabras para describir este homenaje que me han dado. Desde el primer día, el amor del madridismo ha sido lo más importante para mí. Estoy muy agradecido por todo lo que me han dado durante estos años”. Su voz temblaba de emoción mientras recordaba los momentos vividos en el club, destacando especialmente la remontada en la Champions League contra el PSG, un partido que marcó un antes y un después en su carrera.
Momentos inolvidables
“En el Bernabéu he vivido partidos increíbles, pero la remontada al PSG es, sin duda, el que más recordaré. Siempre dije que si ganábamos, levantaríamos la Champions, y así fue”, comentó el mediocampista, quien ha sido pieza clave en los éxitos del equipo.
Un futuro brillante
A pesar de su despedida, Modrić no se detiene aquí. “Aún queda un reto muy importante por delante, que es el Mundial de Clubes. Vamos a ir con ganas de intentar ganarlo. Sería increíble terminar mi carrera en el Real Madrid con un título más”, afirmó, dejando claro que su ambición sigue intacta.
El apoyo familiar
En un momento tan significativo, Modrić también dedicó unas palabras a su familia: “Me dan estabilidad y tranquilidad. Mi mujer y mis hijos han estado conmigo en todos los momentos, sobre todo en los complicados. No hay palabras para darles las gracias”. Su familia ha sido un pilar fundamental en su carrera, y su amor y apoyo han sido incondicionales.
La despedida de Luka Modrić del Real Madrid marca el final de una era, pero su legado perdurará en la historia del club. Los aficionados siempre recordarán su magia en el campo y su entrega inquebrantable por la camiseta blanca.