El fútbol, en su esencia más pura, a menudo nos sorprende con giros inesperados que desafían las expectativas. Este es el caso del París Saint-Germain, que ha levantado su primera Champions League en la historia, un logro que parecía reservado para el gran Kylian Mbappé, quien dejó el club para unirse al Real Madrid hace un año.
Desde su llegada al PSG en 2017, Mbappé fue considerado el eje central de un proyecto que prometía conquistar Europa. Junto a figuras como Neymar y Cavani, el equipo parisino se convirtió en un gigante del fútbol, pero la tan ansiada orejona siempre se les escapaba. Tras una serie de fracasos en las etapas decisivas, la presión aumentaba sobre el club y sus estrellas.
La temporada pasada, el PSG llegó a semifinales, pero fue eliminado por el Borussia Dortmund, lo que llevó a la directiva a replantear su estrategia. Con la llegada de Luis Enrique, el club buscó un nuevo enfoque, alejándose de la acumulación de estrellas y apostando por un juego más colectivo y efectivo.
El resultado fue un equipo renovado que, a pesar de la ausencia de Mbappé, logró alzarse con el trofeo más codiciado de Europa. En una final histórica disputada en Múnich, el PSG aplastó al Inter de Milán con un contundente 5-0, marcando un hito en la competición.
La reacción de Mbappé no se hizo esperar. A través de sus redes sociales, el delantero del Real Madrid felicitó a su antiguo club: “El gran día ha llegado. La victoria y con el estilo de un club. Felicidades, PSG”. Un gesto que refleja el respeto que aún siente por la institución que lo vio crecer como futbolista.
Marquinhos, capitán del PSG, también recordó a su ex compañero, afirmando: “Mbappé es un grande que se merece mucho. Lo dio todo por el PSG e infelizmente no lo ha conseguido”. Estas palabras subrayan la conexión emocional que existe entre el jugador y el club, a pesar de su reciente separación.
El PSG ha demostrado que, a pesar de la marcha de su estrella, puede alcanzar la gloria. Este triunfo no solo es un alivio para el club, sino también un mensaje claro: el fútbol es un deporte de equipo, y a veces, la unión y el trabajo colectivo superan a las individualidades. La historia del PSG y Mbappé ha dado un giro inesperado, y el futuro promete ser aún más emocionante.