La cantera del Real Madrid ha vuelto a demostrar su calidad y potencial al conquistar la Al Abtal International Cup, un torneo que muchos consideran la 'Champions sub-16'. En una final vibrante disputada en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, el equipo dirigido por Álvaro López logró una remontada impresionante frente al eterno rival, el Barcelona, sellando el encuentro con un contundente 5-2.
El partido comenzó con un revés para los blancos, quienes se vieron sorprendidos por un gol de Byron Mendoza en los primeros minutos. Sin embargo, el espíritu combativo del Real Madrid salió a relucir rápidamente. En el minuto 33, el central Rubén Díaz igualó el marcador con un espectacular gol desde la frontal del área, un momento que fue celebrado con gran entusiasmo por Marcelo, quien se encontraba en la grada apoyando a su hijo Enzo.
Un segundo tiempo arrollador
Con el marcador empatado, el Real Madrid mostró su dominio en el segundo tiempo. En una jugada ensayada, Raúl Andrei sorprendió al portero azulgrana con un potente disparo que puso a los blancos por delante. Seis minutos después, Edu Valentín amplió la ventaja con un gol que prácticamente sentenció el partido, aprovechando un rechace en el área.
La estrella de la tarde, Bryan Bugarín, no quiso quedarse atrás y también dejó su huella en el marcador. El joven talento, con el número 10 en su espalda, anotó un gol a placer en el área pequeña y, poco después, asistió a Edu Valentín para que este firmara su doblete. La celebración de Marcelo en la grada, haciendo el gesto de la 'manita', fue un reflejo del dominio absoluto del equipo blanco en el encuentro.
A pesar de que el Barcelona logró marcar un gol en los minutos finales a través de Gorka, el resultado final de 5-2 dejó claro que la cantera del Real Madrid sigue siendo un referente en el fútbol juvenil. Este triunfo no solo es un motivo de celebración para los aficionados madridistas, sino que también reafirma el compromiso del club con el desarrollo de jóvenes talentos.
Con esta victoria, el Real Madrid continúa su legado de excelencia y demuestra que el futuro del club está en buenas manos. La afición blanca puede estar orgullosa de ver cómo sus jóvenes promesas se forjan en el camino hacia la grandeza.