Robert Lewandowski, el emblemático delantero del FC Barcelona, ha tomado una decisión drástica que ha sacudido el mundo del fútbol polaco. En un comunicado a través de sus redes sociales, el goleador ha anunciado que no volverá a vestir la camiseta de su selección hasta que Michal Probierz deje de ser el entrenador. Esta postura ha generado un intenso debate en Polonia, donde muchos se cuestionan la validez de su decisión.
Lewandowski, quien ha sido capitán del equipo nacional durante más de una década, expresó su desconfianza hacia el seleccionador, afirmando que la reciente decisión de quitarle el brazalete fue una traición a su confianza. “El entrenador cedió a la presión mediática e incumplió nuestros acuerdos”, declaró el delantero, dejando claro que su relación con el cuerpo técnico está en un punto crítico.
Una llamada inesperada
El delantero de 36 años relató que recibió una llamada sorpresiva de Probierz, quien le comunicó la decisión de despojarlo de su capitanía mientras Lewandowski estaba ocupado atendiendo a sus hijos. “No estaba preparado para ello; la conversación duró unos minutos y ni siquiera tuve tiempo de informar a mi familia”, comentó, evidenciando su descontento con la forma en que se manejó la situación.
A pesar de sus 158 partidos con la selección y 85 goles anotados, la decisión de Lewandowski ha sido criticada por figuras del fútbol polaco. El exjugador Wojciech Kowalczyk no dudó en calificar su comportamiento como “inaceptable”, sugiriendo que el delantero se comportó como un “imbécil” al amenazar con no jugar mientras Probierz esté al mando.
El nuevo capitán y la reacción del equipo
En medio de esta controversia, el nuevo capitán de la selección, Piotr Zieliński, ha intentado mantener la calma, afirmando que Lewandowski es un jugador sobresaliente y que la decisión del entrenador fue tomada por el bien del equipo. Sin embargo, la mayoría de los aficionados y expertos parecen estar del lado del técnico, considerando que la capitanía debería ser un símbolo de unidad y no de división.
El propio Probierz defendió su decisión, argumentando que “el momento y el lugar en que se toma una decisión así son siempre muy difíciles”, pero que era necesario para el bienestar del equipo. “No hay malos sentimientos ni rencores”, aseguró, aunque la tensión entre él y Lewandowski es palpable.
Un futuro incierto
Con el Mundial de 2026 a la vista, la renuncia de Lewandowski plantea serias dudas sobre su futuro con la selección. A sus casi 37 años, el delantero podría estar cerrando la puerta a una última oportunidad de brillar en el escenario internacional. “Si quiere terminar su carrera, que lo diga oficialmente… podemos despedirlo con una hermosa despedida”, comentó Grzegorz Lato, otro de los máximos goleadores de Polonia.
La situación actual deja a Lewandowski en una encrucijada: ¿podrá reconciliarse con el cuerpo técnico y volver a ser el líder que su país necesita, o su orgullo le impedirá regresar a la selección? Solo el tiempo lo dirá, pero lo que es seguro es que la polémica en torno a su figura no hará más que crecer.