La selección brasileña ha dado un paso significativo en su ambicioso proyecto de cara al Mundial de 2026 con la incorporación de Davide Ancelotti al cuerpo técnico. Hijo del reconocido entrenador Carlo Ancelotti, Davide se unirá a la Canarinha con la esperanza de revitalizar un equipo que busca recuperar la gloria perdida.
La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) anunció oficialmente la llegada de Davide, quien aterrizará en São Paulo este fin de semana. Su debut en el banquillo de la pentacampeona del mundo será el 11 de junio, en un crucial encuentro de las eliminatorias contra Paraguay.
Con tan solo 35 años, Davide ha forjado su carrera al lado de su padre, comenzando como preparador físico en el Paris Saint-Germain y luego como asistente en el Bayern de Múnich. Esta será la primera vez que ambos trabajen juntos en la dirección de una selección nacional, un reto que promete ser emocionante y desafiante.
La llegada de los Ancelotti ha generado una gran expectativa entre los aficionados brasileños, quienes anhelan ver a su selección recuperar el esplendor de antaño. Brasil no ha conquistado un Mundial en más de dos décadas, y la presión recae sobre esta nueva dupla para devolver la ilusión a millones de hinchas.
Sin embargo, el debut de Carlo Ancelotti al frente de la selección no fue el esperado. En su primer partido, Brasil empató sin goles contra Ecuador, un resultado que dejó claro que hay mucho trabajo por hacer. A pesar de contar con estrellas como Vinicius y Casemiro, el equipo mostró una falta de creatividad y chispa ofensiva que preocupó a los seguidores.
El encuentro, disputado en el Estadio Monumental Banco Pichincha, evidenció las dificultades que enfrentará Ancelotti para implementar su estilo de juego. La defensa ecuatoriana, liderada por Piero Hincapié y Willian Pacho, logró contener las acometidas brasileñas, mientras que el equipo local, a pesar de no contar con su goleador Enner Valencia, mostró una mejoría en el segundo tiempo.
Con este empate, Brasil se sitúa en cuarta posición en la clasificación sudamericana, con 22 puntos. Aunque ya está clasificada para el Mundial de 2026, la presión sobre Ancelotti es palpable, y los aficionados esperan que encuentre soluciones efectivas para que la Seleçao vuelva a ser un contendiente serio en el escenario mundial.
Como bien dijo Carlo Ancelotti: “Davide me dice cosas que muchos no se atreverían a decirme”. La relación entre padre e hijo será clave en este nuevo capítulo del fútbol brasileño, y todos los ojos estarán puestos en cómo se desarrollará esta colaboración en los próximos meses.