Joan García ha dado un paso decisivo en su carrera al firmar con el Barcelona por seis temporadas, hasta 2031. El club azulgrana ha hecho oficial el fichaje tras abonar la cláusula de rescisión del portero, cifrada en 25 millones de euros. Este movimiento, que se ha concretado en un acto privado, ha suscitado un torrente de críticas y descontento entre los aficionados del Espanyol, su antiguo club.
La decisión de García de cambiar el blanquiazul por el azulgrana ha sido calificada por muchos como una traición. En un emotivo vídeo de despedida, el portero de Sallent expresó su gratitud hacia el Espanyol, donde ha jugado durante nueve años, pero su elección de unirse al eterno rival ha dejado a muchos seguidores pericos con un sabor amargo.
Un fichaje que no convence a todos
El Espanyol se mostró reacio a negociar la salida de su portero, lo que obligó al Barcelona a activar la cláusula de rescisión. La reacción de la afición blanquiazul fue inmediata, con pitadas y críticas hacia García, quien ha sido considerado un símbolo del club. Muchos esperaban que el arquero optara por una oferta de la Premier League, pero finalmente decidió unirse al club culé, lo que ha generado un profundo malestar en su antiguo equipo.
“Ha sido una decisión muy meditada”, afirmó García en su despedida, aunque muchos aficionados no comparten su perspectiva. La institución periquita se limitó a emitir un escueto comunicado de 26 palabras para despedir a su portero, lo que refleja el descontento interno por la forma en que se ha producido esta salida.
El reto de competir con Ter Stegen
García llega al Barcelona en un momento en el que la portería está más concurrida que nunca. Con Marc-André ter Stegen como titular indiscutible, el nuevo fichaje deberá demostrar su valía para hacerse un hueco en el equipo. A pesar de la competencia, el joven portero ha manifestado su deseo de afrontar este reto con ilusión y respeto por su trayectoria en el Espanyol.
El Barcelona espera que García pueda aportar su talento y experiencia a un equipo que busca recuperar su estatus en el fútbol europeo. Sin embargo, la sombra de su pasado en el Espanyol y la controversia que ha generado su fichaje podrían complicar su adaptación a la nueva afición.
En resumen, el fichaje de Joan García por el Barcelona no solo marca un nuevo capítulo en su carrera, sino que también pone de manifiesto las tensiones entre dos clubes que han vivido una rivalidad histórica. La afición culé espera que el portero demuestre que su decisión fue la correcta, mientras que los pericos seguirán lamentando la pérdida de un jugador que, para muchos, siempre será uno de los suyos.