El Real Madrid ha expresado su descontento tras el reciente nombramiento de Fran Soto como nuevo presidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA). A pesar de las expectativas generadas por la salida de Medina Cantalejo y Clos Gómez, la elección de Soto ha sido recibida con una mezcla de escepticismo y decepción en las oficinas del club merengue.
Desde el club, se esperaba un cambio real que pudiera abordar las preocupaciones surgidas tras el escándalo del caso Negreira. Sin embargo, la sensación general es que la reforma anunciada por la RFEF es más bien superficial y no aborda las raíces del problema. La falta de confianza en el nuevo presidente del CTA se debe a la percepción de que se trata de “más de lo mismo”, lo que ha llevado a los directivos del Real Madrid a cuestionar la efectividad de los cambios propuestos.
En su presentación, Fran Soto, quien cuenta con una trayectoria como exárbitro y abogado, evitó profundizar en el polémico caso Negreira, afirmando que “no vale la pena entrar en ese debate”. Además, se mostró optimista sobre el futuro del arbitraje, prometiendo un clima de colaboración y dejando atrás los enfrentamientos con Real Madrid TV. Sin embargo, en el Santiago Bernabéu, este mensaje no ha logrado calar hondo.
La directiva madridista ha decidido mantener una postura de vigilancia ante los próximos movimientos del nuevo presidente. La formación de su equipo de trabajo, la elección del nuevo responsable del VAR y la implementación de la prometida modernización del arbitraje serán observadas con atención. Por el momento, el balance inicial es claro: no se perciben señales de un cambio significativo, lo que genera preocupación en el club.
El Real Madrid, que ha vivido una temporada marcada por la controversia arbitral, espera que la nueva dirección del CTA pueda ofrecer soluciones efectivas y restaurar la confianza en el sistema. La afición y la directiva están a la espera de que se tomen decisiones que realmente transformen el panorama arbitral en España.